domingo, 5 de octubre de 2014

De vuelta al mundo ruso

Entrevista original a Boris Litvinov
Traducción de Nahia Sanzo
 
Boris Litvinov, portavoz del Soviet Supremo (Consejo supremo o parlamento de la República Popular de Donetsk, repasa la actualidad de Donbass tocando una gran variedad de temas relacionados con el presente y el futuro inmediato de las repúblicas populares desde el estado de las operaciones militares en pleno alto el fuego, la ayuda rusa o las perspectivas de futuro tanto político como económico.
 
 
 
¿Cuáles son los retos más importantes a los que se enfrenta la RPD ahora mismo? ¿Qué obstáculos dificultan su estatus como estado?
 
Definitivamente, la guerra es el mayor reto que tenemos hoy en día. Nunca quisimos la guerra. Nuestro único deseo era tener una vida tranquila y en paz, trabajar y educar a nuestros hijos. Pero no podíamos aceptar el golpe de Estado inconstitucional que se produjo en Kiev. Pero tampoco queríamos un conflicto con esos impostores y sus seguidores. Por eso decidimos distanciarnos e independizarnos de aquellos que querían prohibir nuestro idioma, nuestras costumbres, nuestro honor, nuestros héroes o que celebráramos los días en memoria de lo que amamos. Optamos por la independencia. Por eso miles de personas votaron en el referéndum del 11 de mayo, que nos dio suficientes argumentos para declarar la República Popular de Donetsk independiente de Ucrania. Queremos vivir a nuestra manera y no de la manera que los amos de Kiev o de Washington tratar de dictar. Amamos a Ucrania, pero no podemos aceptar eso en lo que se ha convertido Ucrania hoy en día. Queríamos un divorcio pacífico, pero, por desgracia, vino una guerra.
 
Ahora gente corriente de otras regiones de Ucrania viene aquí a matarnos y no entienden por qué deberían hacerlo. En algún momento de su servicio, se dan cuenta de que aquí no hay ni terroristas ni bandidos, sino gente exactamente igual que ellos: mineros, médicos, profesores. ¿Qué sentido tiene entonces la guerra salvo que se beneficien Poroshenko, Kolomoyski y Obama?
 
¿Qué futuro ve para el país, no solo en términos sociales o políticos, sino también geoestratégicos?
 
En primer lugar, quiero decir que la República Popular de Donets es y seguirá siendo un estado independiente y autónomo. De eso no hay duda y no vemos  otra opción para nosotros, ni ahora ni en el futuro. Hemos adoptado una Declaración de Independencia y otras decisiones parlamentarias para implementarla. Así que cualquier negociación o decisión a nivel internacional en relación con la RPD solo puede verse a través de ese prisma. Y Kiev debe comprender que cualquier otra solución es inaceptable.
 
La revolución y la lucha que hemos empezado y que ahora perseguimos están marcadas por tres ideas principales. La primera es la vuelta al mundo ruso, a la vida comunitaria. Somos gente de espíritu y de ideas comunitarias. Otros han intentado, y siguen intentando, atraernos hacia el liberalismo, hacia una sociedad individualista dominada por el beneficio personal y la supervivencia del más fuerte. Al margen de nuestro origen étnico, somos rusos. La gente piensa en términos de comunidad tanto en Donbass como en Rusia, lo llevamos en la sangre, en nuestros genes.
 
La segunda idea es que rechazamos la ley de la oligarquía, porque el poder del capital representa la dominación de la mayoría por parte de una ínfima minoría, lo que lleva a la esclavitud, a una mentalidad distorsionada y a divisiones entre el pueblo. El gobierno de la oligarquía lleva al fascismo.  Al menos es lo que ha pasado en Ucrania. Y la tercera idea es recuperar la relación de amistad completa e integrada con Rusia.
 
Entendemos que a Rusia le interesa tener un país amigo y estable en su frontera occidental. Es comprensible. Tampoco es nuestra intención exportar nuestra revolución a las zonas vecinas de Ucrania en las que la población aún no ha despertado y no se han dado cuenta de que no pueden continuar como hasta ahora. Pero si un día nos piden que les asesoremos, compartiremos nuestra experiencia.
 
¿Cómo es posible que las fuerzas de Donetsk y Lugansk, que combinadas suman la mitad de efectivos, derrotar al ejército de Kiev? ¿Cómo es posible que las tropas ucranianas se encontraran en tantas calderas en un espacio tan limitado?
 
En primer lugar, la moral de nuestros soldados es un aliado importante, que da a nuestras tropas una ventaja sobre el enemigo. Nuestra guerra es justa, nos estamos defendiendo contra un acto de agresión. La guerra que se ha declarado contra nosotros es depredadora. Dice que luchamos tres contra uno, pero nuestros comandos militares saben que el ejército republicano puede tener éxito en el campo de batalla incluso contra un ejército cinco veces superior en número.
 
Muchas veces, los soldados ucranianos enviados a Donetsk no quieren oponerse a su propia gente. Deje que le ponga un ejemplo. Pasó en Krasnoarmeisk. Me llamaron por teléfono en mitad de la noche unos soldados ucranianos que se habían aproximado a la ciudad en dos blindados. Me dieron su posición exacta y pidieron que los tomáramos como prisioneros. Primero pesé que era algún tipo de trampa y que en realidad no se querían entregar. Pero me explicaron que tenían esposa e hijos en Kirovgrad y que les habían advertido de que si se negaban a luchar, sus familias sufrirían represalias. No querían luchar, pero tampoco querían dejar expuestas a sus familias. Ser prisioneros de guerra les daba una salida honrosa.
 
Y ahora quiero decir unas palabras sobre la asistencia rusa. Las autoridades y la prensa de Kiev, y también algunos políticos occidentales, dicen que recibimos ayuda de Moscú. La única forma de ayuda rusa a nuestra lucha es ayuda no-militar a las áreas donde hay peligro de desastre humanitario. También recibimos asistencia de otros países. Llega ayuda humanitaria de Portugal, Francia, Grecia. Si no fuera por esta ayuda, tendríamos serias dificultades para dar de comer a nuestra gente y asegurar su supervivencia.
 
También tenemos un buen número de personas que se han tomado en serio la lucha contra el fascismo y se han unido a nosotros en la lucha. Además de ciudadanos rusos, hay voluntarios de otros países como Grecia, Serbia, Francia o España. De Rusia llegan principalmente hombres con experiencia militar previa, algunos de ellos profesionales de alto nivel. Rusia se beneficia de un abastecimiento de individuos bien entrenados y un sistema de preparación y una doctrina militar a todos los niveles. Se tratan todos los temas relacionados con la guerra en literatura disponible para el público y la prensa en Rusia. Jóvenes exmilitares han venido a defender al mundo ruso, a proteger lo que es, en realidad, la frontera rusa. Este apoyo experto ha sido instrumental a la hora de dar a nuestras fuerzas capacidad para contraatacar.
 
Ahora que se pueden contabilizar las pérdidas, vemos que una parte sustancial del equipamiento del ejército ucraniano ha sido destruido o capturado por las fuerzas rebeldes. ¿Cómo pueden las autoridades pensar que tiene opciones de éxito?
 
Las autoridades de Kiev dependen de la asistencia de sus patrones occidentales. Se oye que algunos tanques Leopard han entrado en territorio ucraniano. Puede que los veamos pronto. Esta información está por verificar, pero nuestra inteligencia dice que es cierto.
 
Se oyen informaciones que hablan de presencia de mercenarios extranjeros en los rangos ucranianos y oficiales de inteligencia extranjeros. ¿Puede confirmas esa información?
 
Es cierto. Sabemos que se han montado ejércitos privados para luchar contra la República Popular de Donetsk. El señor Kolomoyski es dueño de uno de ellos. Formó sus batallones privados con su dinero y los sigue financiando. Les ayudan asesores extranjeros y están virtualmente fuera del control del Gobierno central. También hay compañías de defensa privadas, de Estados Unidos, Polonia, Francia o el Reino Unido. Es interesante que haya ciudadanos franceses participando en la acción tanto en el lado del Gobierno de Kiev como en el de la República Popular de Donetsk. Muchos de los voluntarios han servido en sus países. Los 15 chicos franceses de nuestro ejército vinieron a nosotros porque odian el fascismo. Están seguros de que el fascismo se está levantando en Ucrania y tiene que ser aplastado. Hemos tenido una charla. Me contaron que de vez en cuando hablan con sus antiguos colegas franceses que ahora están con los batallones de Kolomoyski. Les pagan bien por hacer lo que hacen en Donetsk. Están en esta guerra por dinero, porque esperan buen dinero por estar en la lucha. Y Kolomoyski cumple. Así que hablan entre ellos y hacen la guerra entre ellos. Hay mercenarios extranjeros que controlan nuestro aeropuerto. Hemos capturado a muchos de ellos: polacos, estadounidenses e incluso francotiradoras de los países bálticos. Son unos cuantos.
 
Puede haber disturbios en Ucrania este invierno. ¿Cuál sería la postura de la República Popular de Donetsk si hubiera una revuelta popular?
 
Es posible, si se quedaran sin el carbón de Donbass y el gas ruso. En la presente situación, se presenta un invierno duro para Ucrania. Nosotros también lo pasaremos mal, pero al menos contamos con cierto trato preferente de Rusia, al menos en lo que respecta a la distribución del gas.
 
Con respecto a la posibilidad de una revuelta popular en regiones occidentales de Ucrania, muchas veces se nos han aproximado comandantes del otro lado. Cinco veces en total, no directamente, sino a través de intermediarios. Nos dicen “vamos a darles, vosotros desde vuestro lado, nosotros desde el nuestro”. Ellos tampoco necesitan este tipo de gobierno. Pero cuando dicen que tenemos que dar un empujón, nosotros ya hemos hecho nuestra parte. Nuestro objetivo político ya se ha conseguido y ahora nos fijamos en el aspecto militar. Y no vemos ningún paso por su parte. La población sigue hibernando. De momento, mientras les mantienen en silencio, no están dispuestos a dar ningún paso. Pero despertarán. Ya hay algún ejemplo. Tenemos unos 200 hombres de Dnipropetrovsk que están formando su propia Brigada Dnipropetrovsk. Odian vivir en el régimen de Kolomoyski. Dicen que están dispuestos a moverse y hacer en su territorio lo mismo que estamos haciendo aquí en Donbass. Tenemos hombres que vienen de Jitomir, Odessa, Nikolaev y zonas alrededor de Kiev. Vienen a nosotros, reciben entrenamiento militar y adoctrinamiento y después están listos para volver.
 
¿Hay gente en Donbass que apoya al Gobierno de Kiev y sus políticas proamericanas? ¿Cuál es su actitud? ¿Tratan de sabotear a las repúblicas?
 
Sí, hay gente así. Por ejemplo, en el referéndum el 89% de  la población votó por la independencia. Unos 200.000 votaron en contra. Muchos no votaron. Muchos de ellos han abandonado Donbass para ir a Kiev o Dnipropetrovsk. Un total de algo más de 200.000 personas. Eso contra las más de 500.000 que han buscado refugio en Rusia. Los que se han quedado no muestran ninguna resistencia. Y hacen lo correcto para no provocar a la mayoría, considerando el ambiente, la guerra civil y las víctimas que se está cobrando.
 
Mariupol, un puerto clave en la costa del mar de Azov, está ahora rodeado por la resistencia popular. Es un centro para la distribución del gas hacia la República de Donetsk, importante para crear una ruta de suministro menos problemática. ¿Qué solución puede haber para este y otros focos de resistencia ucraniana con el alto el fuego en vigor?
 
Mariupol es importante para todos porque el transporte ferroviario no está, en general, operativo. Las rutas marítimas y fluviales cobran un papel importante. El suministro de energía y plantas térmicas por tierra sería problemático. Mariupol también es importante para Donetsk y Lugansk como puerto de acceso de las rutas de comercio internacional. Nuestras fuerzas habían rodeado Mariupol, pero algunas zonas aún nos dan problemas. Podemos avanzar en algunas zonas, pero cedemos terreno en otras y tenemos que luchar para recuperarlas. La situación alrededor de Volnovakha es complicada. Mariupol está fuertemente disputada. Es un objetivo importante para todos. Por ahora, estamos trabajando en ello. Tenemos que asegurar las rutas de suministro hacia Mariupol- esperamos poder hacerlo con una combinación de tácticas militares y negociación. Debe comprenderse que Mariupol es tan importante para nosotros como Donetsk.
 
En cuanto a las bolsas de  unidades ucranianas aisladas, hay dos de ellas al sur de la línea Donetsk-Shakhtaersk-Snezhnoye. Sus rutas de suministro están cortadas, así que vemos soldados ucranianos que cruzan la frontera rusa o se rinden para poder ser intercambiados como prisioneros de guerra. Por eso tenemos más prisioneros de guerra que Kiev. En esa zona, Kiev solo tiene a su disposición grupos aislados incapaces de ofrecer resistencia alguna. Las unidades al norte de Shakhtaersk, en el triángulo de Debaltsevo-Kirovskoye-Shakhtersk y en la zona hacia Krasny Luch, sí que disponen de una fuerza y equipamiento sustancial. Solo están parcialmente rodeados y tienen rutas de suministro. Estas unidades son peligrosas porque por el momento no disponemos de fuerza suficiente para rodearlas. Hay problemas en los alrededores de Gorlovka y Yenakievo. Esperamos que, si el enemigo ataca, pueda ser capaz de abrir un hueco que deje separados Donetsk y Lugansk.
 
¿Cuál es su  visión para el Estado y cuáles deberían ser sus fundamentos?
 
Esta sería una conversación larga. Para ser breve, seríamos una economía orientada a lo social, con una mezcla de propiedad pública y privada de los medios de producción, con el gobierno como regulador de la economía. El sector privado dominaría algunos sectores de la economía, como el de la alimentación, el comercio y los servicios. Los sectores estratégicos estarían bajo dominio público, lo que evitaría que tuviéramos que rogar a los oligarcas que compartieran parte de sus beneficios. Especialmente conociendo su tendencia robar y a esconder sus beneficios. Es un fenómeno global. Siempre apoyaremos la iniciativa de la pequeña y mediana empresa, así que deberíamos tener un modelo intermedio, un gobierno que controle la economía. Me gusta el modelo bielorruso. Otro modelo podría ser el de China, un modelo de propiedad mixta en el que la economía está estrictamente controlada por el Partido Comunista.
 
No queremos copiar y pegar lo que hacen otros. Queremos ser parte de la paz rusa. Pero cada país tiene que buscar su propio modelo económico diferente del resto. Pero hay una cosa clara: tenemos que estar juntos. Sí, podemos tener diferencias en cuanto al gobierno o a la línea ideológica. Pero la clave es seguir juntos en una comunidad.
 
 
 

Análisis político y militar del alto el fuego en Donbass



¿Qué puede ocurrir a partir de ahora?

Autor: Jeb Stuart

Traducción de Nahia Sanzo



Este análisis trata de considerar la situación actual en de las fuerzas opuestas en Donbass ­y prever hacia dónde pueden ir los acontecimientos a partir de aquí. La evaluación de la situación se basa principalmente en el mapa de hostilidades del 15 de septiembre, con lo que puede haber algunos detalles que hayan quedado desfasados.
 
La situación general
 
En parte por la gran difusión de fotografías de miembros de los batallones punitivos ucranianos con insignias nazis y por los informes de atrocidades contra civiles, voluntarios de todo el mundo se han presentado para apoyar la causa de Novorossiya, con lo que el número de voluntarios ha aumentado considerablemente en agosto y septiembre. Eso ha emparejado las fuerzas, lo que ha modificado significativamente las posibilidades, que inicialmente estaban muy de cara del bando ucraniano.
 
A lo largo del mes de agosto, las fuerzas ucranianas perdieron varias brigadas y más de un centenar de carros blindados de combate y piezas de artillería por la insistencia de penetrar excesivamente en zonas controlada por las milicias con el objetivo de rodear Lugansk. En lugar de rodear la ciudad, fueron ellos los que se encontraron rodeados en pequeñas bolsas o “calderas”, término referidos a la batalla de Kursk en la Segunda Guerra Mundial. En la “caldera” u “olla”, las fuerzas armadas que avanzan son retrasadas y paralizadas por las defensas enemigas, que pasan a rodearlas por la retaguardia y a cortar sus vías de suministro. Las Fuerzas Armadas de Novorossiya (NAF) procedían entonces a machacar con artillería a los batallones cercados, con lo que el fuego directo podría o destruirlas o hacer que se quedaran sin munición y tuvieran que entregarse.
 
Varias unidades ucranianas seguían cercadas en calderas dentro del territorio controlado por las milicias en el momento en que se firma el alto el fuego. A día 12 de septiembre, aún seguían en esas posiciones.
 
Informes del frente indican que Ucrania dispone actualmente de unos 40.000 combatientes, mientras que hay unos 32.000 combatientes en NAF, formadas por una mezcla de residentes de Donbass y varios miles de voluntarios, muchos de ellos veteranos del Ejército Ruso.
 
Teniendo en cuenta que la doctrina militar requiere una ventaja numérica de 3:1 en caso de ataque, Kiev ha perdido la superioridad necesaria para conseguir una victoria decisiva por la fuerza.
 
Las fuerzas ucranianas se han retirado hacia un arco defensivo al norte de Lugansk, rodeando Mariupol en el Mar de Azov y están ahora atrincherándose.
 
En los tres meses previos, la principal estrategia “punitiva” de las tropas ucranianas en la llamada operación antiterrorista era forzar a la población civil a la sumisión destruyendo las ciudades con el uso de artillería. A 22 de septiembre, Kiev ha retirado su artillería 20km por detrás de la línea de defensa, fuera del alcance de centros urbanos de Donbass
 
El frente sur
 
En la semana anterior a  la firma del alto el fuego, NAF logró abrir un segundo frente al llegar al mar de Azov, asegurando la ciudad de Novoazovsk y estaba de camino a capturar el puerto de Mariupol. Pero las razones que alegó la prensa para la apertura del segundo frente son, en general, equivocadas.
 
La principal motivación para esta acción no era ni la necesidad de recibir suministros por la vía marítima ni la necesidad rusa de abrir un corredor terrestre a Crimea. Se puede afirmar que el principal suministro viene de voluntarios, donaciones y el famoso “voentorg” a través de una frontera porosa con la Federación Rusa. El acceso al mar de Azov no ofrece así ventaja alguna en términos de suministro. Y NAF no dispone de fuerzas navales a las que suministrar.
 
Rusia tampoco necesita ni desea un corredor terrestre hacia Crimea a través del sur de  Ucrania, tal y como ha especulado la prensa occidental. El puerto de Sevastopol es más eficiente para reabastecer a Crimea que una ruta de cientos de kilómetros a través de territorio hostil. Incluso en términos de transporte terrestre, el ferry de Kerch da acceso a Crimea directamente desde la Rusia territorial sin necesidad de transitar por territorios disputados. Se espera que Rusia complete en el plazo de un año el puente sobre el estrecho de Kerch, por lo que la idea de buscar un acceso por tierra a Crimea no es más que especulación equivocada de la prensa.
 
El objetivo principal de la ofensiva hacia el mar de Azov busca asegurar el flanco del sur de una forma similar a la “carrera hacia el mar” tras la Batalla de Fronteras en la Primera Guerra Mundial.
 
Con el flanco sur anclado en el mar y suficientes tropas, las Fuerzas Armadas de Novorossiya estarían en buena posición para llevar al frente hacia el río Dnieper en los próximos meses o aguantar la línea del frente en caso de ofensiva ucraniana. A pesar de esto, NAF no dispone en este momento ni de las fuerzas ni el equipamiento necesario para avanzar hacia el oeste.

El frente norte

La Brigada Fantasma comandada por Alexey Mozgovoi defiende el frente norte. Sus objetivos principales son, por el momento, impedir que el Ejército Ucraniano recupere posiciones de artillería desde las que fuera capaz de seguir bombardeando los centros urbanos de Donetsk y Lugansk. Sigue siendo importante impedir que las fuerzas ucranianas puedan abrirse camino hacia los batallones cercados en Zhdanovka, lo que dejaría aislada y rodeada a Gorlovka.
 
Punto de inflexión
 
Ni Kiev ni las repúblicas populares tienen las fuerzas necesarias para lograr una victoria militar completa. Está por ver si fuerzas extranjeras tendrían la capacidad de inclinar la balanza hacia uno u otro bando.
 
Kiev ya ha lanzado a sus mejores fuerzas y equipamiento en esta desastrosa “operación antiterrorista” entre mayo y septiembre. Las unidades profesionales han sido ya sustituidas por la segunda y tercera movilización de hombres, y ya chicos y mujeres, sin el entrenamiento necesario. La baja moral de las tropas  ucranianas se hace evidente al ver cientos de soldados ucranianos, incluso unidades enteras, que han depuesto las armas y han huido a Rusia para entregarse. Las Fuerzas Aéreas Ucranianas han perdido más de una docena de aeronaves por la defensa antiaérea rebelde, con lo que ha perdido la superioridad aérea en el territorio en disputa.
 
Se ha rumoreado que algunos países miembros de la OTAN han comenzado a abastecer a Ucrania con nuevas armas. Incluso en ese caso, poner nuevas armas en manos de reclutas desmoralizados no parece una buena forma de mejorar la situación para Ucrania de forma sustancial.
 
Ucrania ha presentado una buena cantidad de batallones voluntarios, famosos por haber atraído a voluntarios neonazis de Escandinavia y Europa occidental. Pero estos voluntarios motivados por su ideología radical no parecen ser veteranos de combate, por lo que el batallón Azov ha sufrido una serie de derrotas humillantes, incluyendo la muerte de algunos voluntarios a los que se había dado notable publicidad.
 
Sin la intervención de la OTAN, no parece que Ucrania pueda ser capaz de reagrupar una fuerza de combate capaz de dar un golpe decisivo para ganar la guerra. El objetivo de Poroshenko al afirmar que Rusia había invadido Ucrania era precisamente que la OTAN aportara fuerzas sobre el terreno. El reciente discurso ante el Congreso de Estados Unidos solo aumentó su desesperada petición de intervención directa de Estados Unidos.
 
Las Fuerzas Armadas de Novorossiya
 
Los voluntarios que inundan los rangos de las Fuerzas Armadas de Novorossiya son, fundamentalmente, veteranos de combate que creen en la causa y han acudido a prestar su ayuda a sus “hermanos”. La mayor parte de ellos proviene de los países de la Confederación de Estados Independientes, aunque también hay voluntarios occidentales. Recientemente se ha conocido la presencia de veteranos franceses, que se han unidos a la lucha contra los nazis y que representan las ideas igualitarias de la Revolución Francesa.
 
El combatiente tipo es un soldado con experiencia y determinación para ganar. NAF cuenta también con el apoyo de gran parte de la población civil, tanto en el territorio como en regiones vecinas. Kiev teme que la rebelión pueda extenderse hacia otras áreas cercanas y se comenta que ha enviado a escuadrones punitivos de Sboboda a las áreas del sudeste para aterrorizar a la población y prevenir así cualquier amago de rebelión. Aun así, esta táctica puede resultar contraproducente y alienar más aún a esa población.
 
Los éxitos recientes de NAF al usar tácticas de guerrilla, se puede esperar el envío de unidades de sabotaje y reconocimiento SRG a esas provincias vecinas para reclutar y entrenar a fuerzas milicianas en un intento de extender Novorossiya desde Lugansk hasta Odessa.
 
Uno de los requerimientos necesarios para una guerra de guerrillas con éxito es disponer de un refugio en un país fronterizo desde el que operar y reabastecerse con libertad, teniendo en cuenta que las fuerzas armadas no pueden enfrentarse a esa guerrilla al otro lado de la frontera sin causar un incidente diplomático. Hay ejemplos como el del Viet Cong y su uso de Laos o Camboya, o los Peshmerga Kurdos, que operan desde Siria, Irak, Turquía o Irán.
 
Usando la guerra de guerrillas, Novorossiya puede ser capaz de conseguir su objetivo de la independencia para un territorio más amplio, siempre que Rusia siga permitiendo que se reabastezcan en su territorio.
 
Conclusiones políticas
 
El número de escaramuzas y batallas que se han producido desde el anuncio del alto el fuego dejan claro que Kiev pretende aprovecharse de este tiempo para reforzar sus posiciones, rescatar unidades rodeadas y suplicar ayuda militar internacional. Poroshenko ha admitido públicamente que Ucrania no puede ganar esta guerra por lo militar. Pero su estrategia diplomática deja en evidencia su plan de ganar por duplicidad lo que no puede ganar en el campo de batalla. Ya ha afirmado que no tiene intención de dar a las provincias separatistas la autonomía política que demandan.
 
En lugar de eso, la reciente ley para la región de Donbass parece crear para la región una especie de dictadura militar o ley marcial en unos términos apropiados para subyugar al enemigo derrotado, por lo que no es de esperar que las regiones a las que no se ha derrotado se acoplen a dichos términos salvo que estas sean traicionadas por líderes de voluntad débil.
 
En esta situación, favorece a las Fuerzas Armadas de Novorossiya acepar la línea de alto el fuego que los diplomáticos rusos tratan de marcar con tinta, lo que congelaría el conflicto. El acuerdo de Minsk nombra una zona desmilitarizada de 30km a lo largo de la línea de demarcación. Puede que esto sea bueno para las repúblicas populares, ya que mantiene la artillería ucraniana lo suficientemente alejada para no poder bombardear Donetsk o Lugansk. Las repúblicas  ya son independientes de facto, aunque Kiev no lo haya reconocido aún.
 
Poroshenko no puede ganar con su ejército y lo sabe, aunque aún no ha admitido la derrota. El alto el fuego ha dado a Poroshenko margen de maniobra en la negociación. Se puede esperar que Kiev trate de comprar o eliminar a los líderes de las repúblicas populares para conseguir con tretas políticas lo que no ha conseguido en el campo de batalla.
 
El alto el fuego
 
A pesar de que el alto el fuego ha estado acompañado de escaramuzas y fuego de artillería de ambos bandos, se espera que Rusia se tome en serio el acuerdo, ya que da un marco legal sobre el que negociar la autonomía o la independencia de Donbass.
 
A pesar de haberse opuesto a la secesión de Donetsk y Lugansk, Rusia es víctima de las sanciones de Occidente. El fuerte apoyo popular ruso al movimiento de Novorossiya hace imposible para Putin abandonar a su suerte a su propia gente, por lo que Rusia apoya, de forma extraoficial, a las repúblicas populares, permitiendo el movimiento de voluntarios y material a través de la frontera, acumulando donaciones y reclutando y entrenando a los nuevos voluntarios en su territorio.
 
Aunque no pretende parecer neutral, las acciones rusas no suponen una invasión de la misma manera que no lo fueron las acciones chinas en Vietnam del Sur durante la guerra de Vietnam. Es cierto que Rusia hace posible que las Fuerzas Armadas de Novorossiya libren su batalla para defender su territorio, pero ningún observador neutral cree que tropas regulares rusas hayan entrado en territorio ucraniano.
 
¿Por qué Kiev no ha admitido la derrota?
 
Aunque el ejército haya sufrido una dura y humillante derrota en el campo de batalla, Poroshenko se encuentra entre la presión de la OTAN, Estados Unidos y la presión de los créditos del Fondo Monetario Internacional, que le presionan para buscar una solución final al conflicto. Antes del desastre militar de principios de septiembre, Poroshenko no había hecho intento alguno de negociar una salida con las provincias separatistas y había optado por aplastar militarmente la rebelión.
 
La derrota de las fuerzas ucranianas en la contraofensiva de las repúblicas populares ha forzado a Kiev a la mesa de negociación, pero aún no está listo para hablar de autonomía o independencia para Donbass. Esta actitud intransigente deriva de numerosos compromisos relacionados con los créditos del FMI y los paquetes de ayuda financiera occidental, que requieren que Ucrania no ceda territorio alguno y que acabe con la rebelión. Sin este apoyo de Occidente, Poroshenko se habría visto obligado a negociar hace ya muchas semanas.
 
Es complicado que el conflicto acabe hasta que se dé uno de los siguientes escenarios:
  1. Estados Unidos y la Unión Europea pierden la voluntad política de seguir apoyando al régimen de Kiev, abandonando a Poroshenko a su suerte en términos económicos. Este escenario sería posible si el dólar perdiera su hegemonía como reserva internacional.
  2. Traición de los líderes de las repúblicas populares, que negocian con Kiev unos términos que equivalen a la capitulación.
  3. La creación de unidades de guerrilla en otras provincias  obligan a Poroshenko a dejar ir a Donbass para mantener el control en el resto del territorio.
  4. Intervención militar de la OTAN que obliga a Rusia a entrar en el conflicto de forma directa.
  5. Ucrania rechaza a la junta en las elecciones de octubre.
  6. Desesperación de Kiev ante la ausencia de gas en invierno.
La llegada del invierno puede obligar a Kiev a negociar a la baja para evitar que el frío provoque una revuelta entre la población. El tiempo corre a favor de Rusia y de las repúblicas populares de Donbass. Únicamente necesitan aprovecharse del alto el fuego para reforzar sus posiciones defensivas, asegurar víveres y refugio para la población civil y esperar a que el frío obligue al enemigo a arrodillarse.

Fuente: http://slavyangrad.es/2014/09/27/analisis-politico-y-militar-del-alto-el-fuego-en-donbass/