domingo, 5 de octubre de 2014

Análisis político y militar del alto el fuego en Donbass



¿Qué puede ocurrir a partir de ahora?

Autor: Jeb Stuart

Traducción de Nahia Sanzo



Este análisis trata de considerar la situación actual en de las fuerzas opuestas en Donbass ­y prever hacia dónde pueden ir los acontecimientos a partir de aquí. La evaluación de la situación se basa principalmente en el mapa de hostilidades del 15 de septiembre, con lo que puede haber algunos detalles que hayan quedado desfasados.
 
La situación general
 
En parte por la gran difusión de fotografías de miembros de los batallones punitivos ucranianos con insignias nazis y por los informes de atrocidades contra civiles, voluntarios de todo el mundo se han presentado para apoyar la causa de Novorossiya, con lo que el número de voluntarios ha aumentado considerablemente en agosto y septiembre. Eso ha emparejado las fuerzas, lo que ha modificado significativamente las posibilidades, que inicialmente estaban muy de cara del bando ucraniano.
 
A lo largo del mes de agosto, las fuerzas ucranianas perdieron varias brigadas y más de un centenar de carros blindados de combate y piezas de artillería por la insistencia de penetrar excesivamente en zonas controlada por las milicias con el objetivo de rodear Lugansk. En lugar de rodear la ciudad, fueron ellos los que se encontraron rodeados en pequeñas bolsas o “calderas”, término referidos a la batalla de Kursk en la Segunda Guerra Mundial. En la “caldera” u “olla”, las fuerzas armadas que avanzan son retrasadas y paralizadas por las defensas enemigas, que pasan a rodearlas por la retaguardia y a cortar sus vías de suministro. Las Fuerzas Armadas de Novorossiya (NAF) procedían entonces a machacar con artillería a los batallones cercados, con lo que el fuego directo podría o destruirlas o hacer que se quedaran sin munición y tuvieran que entregarse.
 
Varias unidades ucranianas seguían cercadas en calderas dentro del territorio controlado por las milicias en el momento en que se firma el alto el fuego. A día 12 de septiembre, aún seguían en esas posiciones.
 
Informes del frente indican que Ucrania dispone actualmente de unos 40.000 combatientes, mientras que hay unos 32.000 combatientes en NAF, formadas por una mezcla de residentes de Donbass y varios miles de voluntarios, muchos de ellos veteranos del Ejército Ruso.
 
Teniendo en cuenta que la doctrina militar requiere una ventaja numérica de 3:1 en caso de ataque, Kiev ha perdido la superioridad necesaria para conseguir una victoria decisiva por la fuerza.
 
Las fuerzas ucranianas se han retirado hacia un arco defensivo al norte de Lugansk, rodeando Mariupol en el Mar de Azov y están ahora atrincherándose.
 
En los tres meses previos, la principal estrategia “punitiva” de las tropas ucranianas en la llamada operación antiterrorista era forzar a la población civil a la sumisión destruyendo las ciudades con el uso de artillería. A 22 de septiembre, Kiev ha retirado su artillería 20km por detrás de la línea de defensa, fuera del alcance de centros urbanos de Donbass
 
El frente sur
 
En la semana anterior a  la firma del alto el fuego, NAF logró abrir un segundo frente al llegar al mar de Azov, asegurando la ciudad de Novoazovsk y estaba de camino a capturar el puerto de Mariupol. Pero las razones que alegó la prensa para la apertura del segundo frente son, en general, equivocadas.
 
La principal motivación para esta acción no era ni la necesidad de recibir suministros por la vía marítima ni la necesidad rusa de abrir un corredor terrestre a Crimea. Se puede afirmar que el principal suministro viene de voluntarios, donaciones y el famoso “voentorg” a través de una frontera porosa con la Federación Rusa. El acceso al mar de Azov no ofrece así ventaja alguna en términos de suministro. Y NAF no dispone de fuerzas navales a las que suministrar.
 
Rusia tampoco necesita ni desea un corredor terrestre hacia Crimea a través del sur de  Ucrania, tal y como ha especulado la prensa occidental. El puerto de Sevastopol es más eficiente para reabastecer a Crimea que una ruta de cientos de kilómetros a través de territorio hostil. Incluso en términos de transporte terrestre, el ferry de Kerch da acceso a Crimea directamente desde la Rusia territorial sin necesidad de transitar por territorios disputados. Se espera que Rusia complete en el plazo de un año el puente sobre el estrecho de Kerch, por lo que la idea de buscar un acceso por tierra a Crimea no es más que especulación equivocada de la prensa.
 
El objetivo principal de la ofensiva hacia el mar de Azov busca asegurar el flanco del sur de una forma similar a la “carrera hacia el mar” tras la Batalla de Fronteras en la Primera Guerra Mundial.
 
Con el flanco sur anclado en el mar y suficientes tropas, las Fuerzas Armadas de Novorossiya estarían en buena posición para llevar al frente hacia el río Dnieper en los próximos meses o aguantar la línea del frente en caso de ofensiva ucraniana. A pesar de esto, NAF no dispone en este momento ni de las fuerzas ni el equipamiento necesario para avanzar hacia el oeste.

El frente norte

La Brigada Fantasma comandada por Alexey Mozgovoi defiende el frente norte. Sus objetivos principales son, por el momento, impedir que el Ejército Ucraniano recupere posiciones de artillería desde las que fuera capaz de seguir bombardeando los centros urbanos de Donetsk y Lugansk. Sigue siendo importante impedir que las fuerzas ucranianas puedan abrirse camino hacia los batallones cercados en Zhdanovka, lo que dejaría aislada y rodeada a Gorlovka.
 
Punto de inflexión
 
Ni Kiev ni las repúblicas populares tienen las fuerzas necesarias para lograr una victoria militar completa. Está por ver si fuerzas extranjeras tendrían la capacidad de inclinar la balanza hacia uno u otro bando.
 
Kiev ya ha lanzado a sus mejores fuerzas y equipamiento en esta desastrosa “operación antiterrorista” entre mayo y septiembre. Las unidades profesionales han sido ya sustituidas por la segunda y tercera movilización de hombres, y ya chicos y mujeres, sin el entrenamiento necesario. La baja moral de las tropas  ucranianas se hace evidente al ver cientos de soldados ucranianos, incluso unidades enteras, que han depuesto las armas y han huido a Rusia para entregarse. Las Fuerzas Aéreas Ucranianas han perdido más de una docena de aeronaves por la defensa antiaérea rebelde, con lo que ha perdido la superioridad aérea en el territorio en disputa.
 
Se ha rumoreado que algunos países miembros de la OTAN han comenzado a abastecer a Ucrania con nuevas armas. Incluso en ese caso, poner nuevas armas en manos de reclutas desmoralizados no parece una buena forma de mejorar la situación para Ucrania de forma sustancial.
 
Ucrania ha presentado una buena cantidad de batallones voluntarios, famosos por haber atraído a voluntarios neonazis de Escandinavia y Europa occidental. Pero estos voluntarios motivados por su ideología radical no parecen ser veteranos de combate, por lo que el batallón Azov ha sufrido una serie de derrotas humillantes, incluyendo la muerte de algunos voluntarios a los que se había dado notable publicidad.
 
Sin la intervención de la OTAN, no parece que Ucrania pueda ser capaz de reagrupar una fuerza de combate capaz de dar un golpe decisivo para ganar la guerra. El objetivo de Poroshenko al afirmar que Rusia había invadido Ucrania era precisamente que la OTAN aportara fuerzas sobre el terreno. El reciente discurso ante el Congreso de Estados Unidos solo aumentó su desesperada petición de intervención directa de Estados Unidos.
 
Las Fuerzas Armadas de Novorossiya
 
Los voluntarios que inundan los rangos de las Fuerzas Armadas de Novorossiya son, fundamentalmente, veteranos de combate que creen en la causa y han acudido a prestar su ayuda a sus “hermanos”. La mayor parte de ellos proviene de los países de la Confederación de Estados Independientes, aunque también hay voluntarios occidentales. Recientemente se ha conocido la presencia de veteranos franceses, que se han unidos a la lucha contra los nazis y que representan las ideas igualitarias de la Revolución Francesa.
 
El combatiente tipo es un soldado con experiencia y determinación para ganar. NAF cuenta también con el apoyo de gran parte de la población civil, tanto en el territorio como en regiones vecinas. Kiev teme que la rebelión pueda extenderse hacia otras áreas cercanas y se comenta que ha enviado a escuadrones punitivos de Sboboda a las áreas del sudeste para aterrorizar a la población y prevenir así cualquier amago de rebelión. Aun así, esta táctica puede resultar contraproducente y alienar más aún a esa población.
 
Los éxitos recientes de NAF al usar tácticas de guerrilla, se puede esperar el envío de unidades de sabotaje y reconocimiento SRG a esas provincias vecinas para reclutar y entrenar a fuerzas milicianas en un intento de extender Novorossiya desde Lugansk hasta Odessa.
 
Uno de los requerimientos necesarios para una guerra de guerrillas con éxito es disponer de un refugio en un país fronterizo desde el que operar y reabastecerse con libertad, teniendo en cuenta que las fuerzas armadas no pueden enfrentarse a esa guerrilla al otro lado de la frontera sin causar un incidente diplomático. Hay ejemplos como el del Viet Cong y su uso de Laos o Camboya, o los Peshmerga Kurdos, que operan desde Siria, Irak, Turquía o Irán.
 
Usando la guerra de guerrillas, Novorossiya puede ser capaz de conseguir su objetivo de la independencia para un territorio más amplio, siempre que Rusia siga permitiendo que se reabastezcan en su territorio.
 
Conclusiones políticas
 
El número de escaramuzas y batallas que se han producido desde el anuncio del alto el fuego dejan claro que Kiev pretende aprovecharse de este tiempo para reforzar sus posiciones, rescatar unidades rodeadas y suplicar ayuda militar internacional. Poroshenko ha admitido públicamente que Ucrania no puede ganar esta guerra por lo militar. Pero su estrategia diplomática deja en evidencia su plan de ganar por duplicidad lo que no puede ganar en el campo de batalla. Ya ha afirmado que no tiene intención de dar a las provincias separatistas la autonomía política que demandan.
 
En lugar de eso, la reciente ley para la región de Donbass parece crear para la región una especie de dictadura militar o ley marcial en unos términos apropiados para subyugar al enemigo derrotado, por lo que no es de esperar que las regiones a las que no se ha derrotado se acoplen a dichos términos salvo que estas sean traicionadas por líderes de voluntad débil.
 
En esta situación, favorece a las Fuerzas Armadas de Novorossiya acepar la línea de alto el fuego que los diplomáticos rusos tratan de marcar con tinta, lo que congelaría el conflicto. El acuerdo de Minsk nombra una zona desmilitarizada de 30km a lo largo de la línea de demarcación. Puede que esto sea bueno para las repúblicas populares, ya que mantiene la artillería ucraniana lo suficientemente alejada para no poder bombardear Donetsk o Lugansk. Las repúblicas  ya son independientes de facto, aunque Kiev no lo haya reconocido aún.
 
Poroshenko no puede ganar con su ejército y lo sabe, aunque aún no ha admitido la derrota. El alto el fuego ha dado a Poroshenko margen de maniobra en la negociación. Se puede esperar que Kiev trate de comprar o eliminar a los líderes de las repúblicas populares para conseguir con tretas políticas lo que no ha conseguido en el campo de batalla.
 
El alto el fuego
 
A pesar de que el alto el fuego ha estado acompañado de escaramuzas y fuego de artillería de ambos bandos, se espera que Rusia se tome en serio el acuerdo, ya que da un marco legal sobre el que negociar la autonomía o la independencia de Donbass.
 
A pesar de haberse opuesto a la secesión de Donetsk y Lugansk, Rusia es víctima de las sanciones de Occidente. El fuerte apoyo popular ruso al movimiento de Novorossiya hace imposible para Putin abandonar a su suerte a su propia gente, por lo que Rusia apoya, de forma extraoficial, a las repúblicas populares, permitiendo el movimiento de voluntarios y material a través de la frontera, acumulando donaciones y reclutando y entrenando a los nuevos voluntarios en su territorio.
 
Aunque no pretende parecer neutral, las acciones rusas no suponen una invasión de la misma manera que no lo fueron las acciones chinas en Vietnam del Sur durante la guerra de Vietnam. Es cierto que Rusia hace posible que las Fuerzas Armadas de Novorossiya libren su batalla para defender su territorio, pero ningún observador neutral cree que tropas regulares rusas hayan entrado en territorio ucraniano.
 
¿Por qué Kiev no ha admitido la derrota?
 
Aunque el ejército haya sufrido una dura y humillante derrota en el campo de batalla, Poroshenko se encuentra entre la presión de la OTAN, Estados Unidos y la presión de los créditos del Fondo Monetario Internacional, que le presionan para buscar una solución final al conflicto. Antes del desastre militar de principios de septiembre, Poroshenko no había hecho intento alguno de negociar una salida con las provincias separatistas y había optado por aplastar militarmente la rebelión.
 
La derrota de las fuerzas ucranianas en la contraofensiva de las repúblicas populares ha forzado a Kiev a la mesa de negociación, pero aún no está listo para hablar de autonomía o independencia para Donbass. Esta actitud intransigente deriva de numerosos compromisos relacionados con los créditos del FMI y los paquetes de ayuda financiera occidental, que requieren que Ucrania no ceda territorio alguno y que acabe con la rebelión. Sin este apoyo de Occidente, Poroshenko se habría visto obligado a negociar hace ya muchas semanas.
 
Es complicado que el conflicto acabe hasta que se dé uno de los siguientes escenarios:
  1. Estados Unidos y la Unión Europea pierden la voluntad política de seguir apoyando al régimen de Kiev, abandonando a Poroshenko a su suerte en términos económicos. Este escenario sería posible si el dólar perdiera su hegemonía como reserva internacional.
  2. Traición de los líderes de las repúblicas populares, que negocian con Kiev unos términos que equivalen a la capitulación.
  3. La creación de unidades de guerrilla en otras provincias  obligan a Poroshenko a dejar ir a Donbass para mantener el control en el resto del territorio.
  4. Intervención militar de la OTAN que obliga a Rusia a entrar en el conflicto de forma directa.
  5. Ucrania rechaza a la junta en las elecciones de octubre.
  6. Desesperación de Kiev ante la ausencia de gas en invierno.
La llegada del invierno puede obligar a Kiev a negociar a la baja para evitar que el frío provoque una revuelta entre la población. El tiempo corre a favor de Rusia y de las repúblicas populares de Donbass. Únicamente necesitan aprovecharse del alto el fuego para reforzar sus posiciones defensivas, asegurar víveres y refugio para la población civil y esperar a que el frío obligue al enemigo a arrodillarse.

Fuente: http://slavyangrad.es/2014/09/27/analisis-politico-y-militar-del-alto-el-fuego-en-donbass/

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