domingo, 28 de septiembre de 2014

La historia se repite a si misma: Novorrusia

 
Original Pravda.ru
Autor: Gaither Stewart
 
Traducido por Luis López
 
 
Se ha dicho que una nación es simplemente el cuerpo espiritual que un pueblo adquiere durante el curso de su historia.
 
Novorrusia o Nueva Rusia, tan ausente en los medios de comunicación convencionales y tan presente en las fuentes alternativas de noticias, se cree popularmente que es una cuestión pasajera, simplemente un nuevo nombre creado (de nuevo) para efecto de las Milicias locales del sureste de Ucrania que hoy combaten y vencen al Ejército Regular Ucraniano que invade sus territorios. De este modo, el pueblo de Novorrusia también está destruyendo el sueño americano del presidente Obama. La verdad es que la gente de esta región está estrechamente vinculada a la historia de sus tierras.
 
De acuerdo con Alexander Zakharenko, comandante de campo y Primer Ministro de la República Popular de Donetsk (RPD) en el sureste Ucraniano hablando en una conferencia de prensa reciente, los invasores de Ucrania Occidental corren o se rinden al primer disparo. Las tropas financiadas por los americanos, reclutados a la fuerza por el Estado títere en la capital Kiev, simplemente no están a la medida de los combatientes del Sureste Ucraniano que están defendiendo sus tierras, sus ciudades y sus aldeas, y sus familias. El punto es que las tropas regulares están desmotivadas y asustadas y quieren regresar a sus hogares en Ucrania Occidental. Además, muchos soldados Ucranianos no quieren disparar contra sus compatriotas. Por lo tanto, o bien se unen a los denominados separatistas de la RPD, o huyen.
 
La gente siguiendo el ataque instigado por los EE.UU a las ahora adecuadamente armadas y experimentadas milicias de las Repúblicas de Donetsk y Luganks por las tropas del régimen títere de los Americanos instalado en Ucrania después de un derrocamiento ilegal del gobierno y de un “cambio de régimen” en Kiev, se sorprenderán al saber que Novorrusia ha sido el nombre del territorio al norte del Mar Negro por más de 200 años, muchos años antes de la invasión napoleónica de Rusia. Desde que la Rusia Zarista anexo el área luego de terminada la guerra Ruso-Turca en 1774, el área ha sido conocida como Novorrusia. Ya en el siglo XVIII Rusos, Ucranianos, Alemanes, incluso algunos Italianos, y una mescolanza de otros pueblos colonizaron la región y establecieron las grandes ciudades como las hermosas Odessa y Donetsk, ahora la capital de la República Popular de Donetsk.
 
El tiempo paso. La situación se alteró. Mucho paso en esta área entre la Guerra Crimea (1853-55) y hoy: intervenciones occidentales en Rusia, la invasión de la Alemania Nazi y su derrota en la Segunda Guerra Mundial, sanciones contra Rusia en estos días, y la envidia no disimulada de de Occidente por el espacio Ruso, un sexto de la superficie de la tierra y sus recursos naturales,
 
A los ojos de los historiadores, la historia de las relaciones de Occidente con Rusia se ha repetido continuamente a sí misma desde las décadas de 1800 en las de 1900 y en 2000. Esas repeticiones, por ejemplo la tradición de intervenciones aliadas en Rusia, no son el aspecto más inspirador de lo que pasó una y otra vez en nuestro mundo. Un historiador de la cultura Rusa, Vladimir Weidlé, a quien una vez entrevisté en Roma, dijo que el “Mundo Eslavo-Ortodoxo nunca será de la Europa Romano-Germana” porque sus respectivas herencias desde el comienzo fueron diferentes. Afirmó que no había una sola Europa, sino dos Europas, desunidas pero como de un extraño al otro así como  el mundo Árabe de China.
 
Esta división entre EE.UU/Europa Occidental y Rusia asciende a un cisma absoluto. Ese cisma ha fomentado por una parte, los celos y envidias del uno y el otro. Y por otra parte el cisma extrañamente ha creado un sentido de superioridad en los Europeos Occidentales y Americanos vis-à-vis Rusia. Una especie de celo misionero infecta los EE.UU para acabar con el socialismo que en la vista de los neoconservadores aun sigue vivo en Rusia, que a su vez, es la “infección” que ha llevado a algunas de las intervenciones militares Occidentales en Rusia.
 
Por tres siglos Occidente ha asaltado a Rusia con regularidad, con intervalos de al menos 50 años, siempre buscando contenerla, conquistarla, explotarla y destruirla.
 
Sin embargo, la realidad es que Rusia no es Oriental, pero parte de Europa, en este caso,  una Europa del Este. A pesar de las influencias Árabes en Europa, Cervantes, señalo Weidlé como ejemplo, no era un Moro, así como Pushkin no era Mongol. De la misma manera tras los siglos de ocupación Tártara de Rusia, así mismo Lenin con su cara de Mongol no era un Tártaro. Sin embargo, hoy los ojos de Rusia se han vuelto hacia el Este debido a la presión de Occidente.
 
Aun así, la situación geográfica de Rusia ha señalado el camino de su expansión y la forma misma del imperio, pero no en la dirección que su desarrollo cultural ha tomado. Weidlé cree que la invasión de Rusia por los Tártaros Asiáticos cambió las raíces mismas de Rusia, sin embargo, tales elementos no Europeos realmente no pertenecen a su historia sino a la materia prima de su naturaleza. El lenguaje Ruso muestra ciertas analogías a los lenguajes Turco-Tártaros; Pero el Ruso se desarrollo del Griego, al que se le añadió la influencia literaria de los lenguajes de Europa Occidental. Las influencias asiáticas que aparecieron de vez en cuando en Rusia hasta el momento han sido fugaces. Aquí, de nuevo su importante posición geográfica en el mapa asume un importante valor histórico.
 
Cuando el Zarismo se derrumbó finalmente en el Siglo XX, este había aplastado un movimiento revolucionario tras otro durante la mayor parte del Siglo XIX. Trotsky escribió en su autobiografía, Mi Vida, que “Los mejores elementos de esa generación se gastaron en el fuego de la dinamita” (esto es, en el fuego del terrorismo revolucionario). El Zarismo cayó por el continuo esparcimiento de la fiebre revolucionaria a través de Rusia y las presiones de la Primera Guerra Mundial  y las grandes pérdidas que Rusia sostuvo. De hecho, fue la fuerza de la historia del capitalismo Europeo y la Revolución Rusa que lo cambió todo en Rusia.
 
En 1918, la región de Novorrusia —donde las batallas entre las milicias locales y el Ejército Regular Ucraniano han estallado desde Mayo —fue incorporada por el nuevo gobierno Soviético a Rusia, el cual eventualmente transfirió el territorio a la República Socialista Soviética Ucraniana. Esto fue un movimiento puramente administrativo, porque no cambió nada desde que Ucrania era parte integral de la URSS. Luego, tras el colapso el término Novorrusia empezó a ser usado nuevamente en las convocatorias por la independencia de la región, incluyendo la rica Donbass con su gran mayoría Rusa que corresponde a la histórica área de Novorrusia en el actual Sureste Ucraniano. (El mapa acompañando esta pieza muestra claramente los bordes de Novorrusia con Rusia y la península de Crimea recientemente anexada por Rusia.)
 
Nueva Rusia en tiempos del Imperio ruso (1897)
 
Hay que tener en cuenta que las fronteras del mundo Ruso se extienden significativamente más allá de las fronteras de la Federación Rusa. Hay Rusia y “La Gran Rusia” de la misma manera en que nuestras ciudades consisten de la ciudad propiamente dicha y las áreas metropolitanas aledañas.  Por ejemplo, hay París —la ciudad propiamente dicha —y la Gran París, que incluye regiones que se extienden en todas las direcciones en torno a la Plaza de la Concordia.
 
Como un ejemplo de la Gran Rusia, en una entrevista de 1944, el líder del estado de la Socialista/Comunista, Ruso-Parlante Transnistria, un estado separatista de Moldavia, también limitante con Novorrusia, dijo que este estado era “una parte inalienable de de los estados Rusos de las regiones del Sur”, incluyendo también la ciudad de Odessa, Crimea, y otros estados Ucranianos, todos los que juntos hacían parte  de la histórica región de Novorrusia. Dimitry Trenin del centro Carnegie de Moscú escribió en 2003 que algunos académicos rusos habían discutido nuevamente la idea de formar un estado pro-Ruso de Novorrusia en el Sureste de Ucrania como una respuesta al Drang Nach Osten (empuje hacia el este) de los EE.UU —incluyendo su deseo de llevar Ucrania a la OTAN y la ocupación de las áreas colindantes con Rusia.
 
El antiguo Imperio Ruso fue vencido finalmente por la historia. Luego, la URSS también se derrumbó a causa de las presiones económicas de Occidente capitalista durante la Guerra Fría, especialmente las dislocaciones intencionales por la constante carrera armamentista.
 
Hoy, el autodenominado Estado Federado de Novorrusia es una confederación de la República Popular de Donetsk y la República Popular de Luganks. Sin embargo, no reconocido internacionalmente, ambas son estados separatistas reclamando independencia de Ucrania. La extensión prevista del estado probablemente un día abarque no solo las áreas administrativas Ucranianas de Donetsk y Luhanks, (en Ruso Luganks), sino también las actuales ciudades Ucranianas y áreas aledañas de Kharkov, Kherson, Odessa, Zaporrizhi y Dniepropetrovsk así como la Ruso-parlante República de Transnistria. Todas estas áreas que los EE.UU/OTAN amenazan bordear con Novorrusia.
 
La Guerra Fría, y el consecuente incremento del gasto de defensa debido a la imposición de la carrera armamentista de los EE.UU, fue una carga extraordinaria sobre la economía Soviética. Esto atrofio su habilidad para “entregar los productos”, los frutos de la revolución para el ciudadano común, con lo que “probaron”, como los Estadounidenses afirmaron, que el Socialismo era inferior. Esto contribuyó grandemente a la implosión de la URSS.
 
El territorio de Novorrusia está internacionalmente considerado como territorio soberano del estado Ucraniano. La prensa Occidental escribe sobre un Sureste Ucraniano gobernado por “terroristas” y más aún apoyados por el gran “Satanás” de Rusia, Vladimir Putin. A pesar de la frustración de Washington por no poder llevar Ucrania a la OTAN, sus neoconservadores aún intentan intervenir en Ucrania contra Rusia, someter el movimiento independentista de Novorrusia, y colocar bases militares de los EE.UU/OTAN al estilo Lily Pad a lo largo de las fronteras Rusas.
 
 
 

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